13 mar 2013

" Primo de Rivera es un borracho"


La gran mayoría de personas conocemos a Miguel Primo de Rivera, no hace falta mencionar que fue un militar, político y dictador español, conocido, principalmente por esta última faceta al dar un golpe militar contra la legalidad constitucional. Su dictadura duró de 1923 a 1930, terminando cuando él decidió dimitir de su cargo (algo bastante curioso y anecdótico). Pues bien, hoy os hablaré de un pequeño suceso peculiar en torno a su persona.

Para poder entenderlo, es necesario aclarar, en términos poéticos, qué es un acróstico. El Diccionario de la Real Academia Española lo define como " dicho de una composición poética: constituida por versos cuyas letras iniciales, medias o finales forman un vocablo o una frase". En otras palabras , tal vez más sencillas, "pasatiempo que consiste en hallar, según indicaciones dadas, las palabras que colocadas en columna formen con sus iniciales una palabra o frase".

Dicho esto, puedo comenzar, propiamente con la historia que quiero compartir con vosotros. José Antonio Balbontín,  fue un poeta y político comunista, que consiguió ganar  un concurso de poesía convocado por el periódico La Nación, de Madrid,  el cual publicó, como es evidente, su poema, el 15 de abril de 1929. Este señor firmó su obra bajo el pseudónimo " María Luz de Valdecilla" para no ser conocido.

Lo anecdótico es que su poema era un supuesto elogio al dictador, pero los organizadores del medio no se dieron cuenta de que era todo lo contrario, hasta muchos años después. Fijaos en el acrónimo:  



*General Miguel Primo de Rivera y Orbaneja
"¡Paladín de la patria redimida!
¡Recio soldado que pelea y canta!
¡Ira de Dios, que cuando azota es Santa!
¡Místico rayo que al matar es vida!


Otra es España a tu virtud rendida:
ella es feliz bajo tu noble planta.
Sólo el hampón que en odio se amamanta
blasfema antu tu frente esclarecida.


Otro es el mundo ante la España nueva:
rencores viejos de la edad medieva
rompió tu lanza que a los viles trunca.


Ahora está en paz tu grey bajo el amado
chorro de luz de tu inmortal cayado.
¡Oh pastor santo! ¡No nos dejes nunca!"



*Autor desconocido